Dubois
plantea primeramente tres grandes rasgos que ha tenido la fotografía: un espejo
de lo real; como medio de deconstruccion
y transformacional de lo real, y el concepto de index aplicado a la foto: invariablemente, se remite la imagen a su
referente.
Al parecer,
la foto es únicamente una huella luminosa en el instante de ser tomada, entre
el momento antes de la decisión final y el momento en que ha sido sustraída del
referente. Inmediatamente después (con la primera mirada a la nueva imágen) se
convierte en un símbolo, que representa lo que ha sido, y se vuelve un medio de interpretación, llenándose del
significado que el espectador derrame sobre ella.
"La fotografía puede mentir en sobre el
sentido, pero no sobre la existencia." Lo que pienso que quiere decir este
fragmento es que la foto, si bien está intrínseca e irremediablemente ligada a
su referente, no posee un sentido por si misma << la imagen está muda y
desnuda>> solo indica lo que ha estado ahí, en algún momento, y es objeto
de reinterpretacion por parte del espectador y al contexto y capacidades
culturales e intelectuales que posea.
La foto implica, además, una distancia (signo/referente) con el objeto original, de carácter espacial y temporal: lo fotografiado ya está en el pasado, nunca volverá a ser lo mismo. "El tiempo pasa. El objeto desaparece en el mismo instante en que es captado."
Dubois plantea también <<y me parece destacable>> a la fotografía no sólo como un medio viable para la representación del espacio y como como un ejercicio de ir más allá de la superficie de la imagen, sino como una auténtica forma de pensamiento que engloba una especie de deseo ontológico.
La foto implica, además, una distancia (signo/referente) con el objeto original, de carácter espacial y temporal: lo fotografiado ya está en el pasado, nunca volverá a ser lo mismo. "El tiempo pasa. El objeto desaparece en el mismo instante en que es captado."
Dubois plantea también <<y me parece destacable>> a la fotografía no sólo como un medio viable para la representación del espacio y como como un ejercicio de ir más allá de la superficie de la imagen, sino como una auténtica forma de pensamiento que engloba una especie de deseo ontológico.
Me pareció
una buena analogía que ligara el mito de Medusa con el acto mismo de
fotografiar: el fotógrafo anda por ahí, mirando a través del visor, transformando criaturas y objetos en carcasas vacías en máscaras inánimes, en imágenes de sí
mismas, congeladas en el tiempo.
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